30 de marzo de 2012

FRANCIA VS BRASIL AMISTOSO 2004

convir
París, 100 años después, el 20 de mayo de 2004, volvió a servir de escenario a una celebración especial de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y en el mismo lugar donde hace seis Francia y Brasil se enfrentaron en la final del Campeonato Mundial de 1998, ambos equipos jugaron, incluso con uniformes a la antigua usanza, pero no pudieron poner la auténtica salsa del balompié, el gol, y empataron 0-0 el encuentro amistoso de mayor difusión mundial a través de la televisión. El “Stade de France”, vestido con sus mejores galas y con más de 80.000 espectadores en sus gradas, vio con mucho desconsuelo que el primer Centenario de la FIFA transcurrió sin goles, cuando en las dos selecciones militan “artilleros” y “grandes señores” del área como el galo Henry, y el brasileño Ronaldo. Y es que celebrar un centenario sin marcar ninguno es, sin ninguna duda, una ofensa al fútbol ofensivo, al espectáculo y al propio balompié. Bien es sabido que si en el fútbol no se consigue su principal objetivo, la gente sale desengañada. El no poder expulsar la adrenalina contenida a lo largo del partido con el entusiasta grito de “GOOOOOL” decepciona al mejor aficionado y le origina una penosa frustración, porque la noche anterior, antes de ir al estadio, ha soñado con ver a su equipo preferido masacrar al rival con muchos goles.
La expectación que despertó este partido llegó a tal magnitud que siendo un partido amistoso, aunque enmarcado dentro de una gran celebración, fue visto a través de la televisión por los aficionados de 130 países. Esta fue una demostración palpable de los poderes que tiene el fútbol. La FIFA fue creada el 21 de mayo de 1904 por siete países, entre los cuales, inesperadamente no estaba Inglaterra, país donde se inventó el “balompié”. España, Suiza, Francia, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Suecia fueron los “padres putativos” de un organismo que con el paso del tiempo es uno de los más influyentes en el mundo y reúne actualmente a 204 países, cifra mayor a la que cuenta la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Su primer presidente fue el francés Robert Guérin, y el pretexto para crearla fue el partido que jugaron el primero de mayo de 1904 en París las selecciones de Francia y Bélgica, aunque como lo señala la FIFA, los estatutos solamente entraron en vigor el primero de septiembre de ese mismo año. Los ingleses, “inventores” del fútbol fueron, quizás, unos románticos que nunca pensaron que cien años después sería el deporte más masivo del mundo e ingresaron a la entidad el 14 de abril de 1905 durante la celebración del segundo Congreso, hecho que además de ser un “gran acontecimiento” abrió el camino para que, poco a poco, nuevos países y otros continentes se unieran al europeo en la expansión del más popular de los deportes. Africa se convirtió en el segundo continente que formaba parte de la FIFA pues en 1909 se produjo su afiliación y América lo hizo en 1912 y 1913, primero a través de las asociaciones de Argentina y Chile, y luego, por intermedio de la de Estados Unidos, aunque Brasil, que tiene cinco títulos mundiales en su haber, lo hizo muchos años más tarde. A pesar de esas afiliaciones en una ya lejana época, el fútbol africano solamente empezó a tener renombre, fama y a ser visto como uno de los mejores para el futuro, en la última década del siglo 20, al igual que ocurrió con el estadounidense, mientras que el suramericano se tió muy pronto con su juego “bonito y técnico” en uno de los principales en el mundo, hasta el punto que aventaja a Europa en trofeos ganados en los campeonatos mundiales de fútbol. En efecto, América ha ganado nueve títulos, de los cuales 5 ha conquistado Brasil, dos Argentina y dos Uruguay, mientras en Europa hay empate entre Alemania e Italia, que han ganado tres cada uno, y con un título Inglaterra y Francia. Tres presidentes de la FIFA han tenido gran trascendencia mundial y han sido principales artífices para que este organismo sea considerado uno de los más poderosos de la tierra. Uno es el francés Jules Rimet, vinculado para siempre a la historia del fútbol por haber sido principal gestor de los campeonatos mundiales, el primero de los cuales se realizó en julio de 1930 en Uruguay. Rimet había sido elegido presidente del organismo el primero de marzo de 1921 y fue remplazado tras el mundial de 1954 en Suiza por el belga Rodolphe William Seeldrayers. El británico Sir Stanley Rous, que dirigió durante 18 años los destinos de la FIFA, le dio una mayor jerarquía internacional a la entidad y comenzó la apertura hacia muchos países a los que fue convenciendo de la bondad de integrarse en ella, porque el fútbol sería el deporte más popular, y finalmente, el brasileño Joao Havelange, un deportista experto en natación, elegido el 11 de junio de 1974 y que la presidió hasta el 8 de junio de 1998 cuando entregó su cargo al suizo Joseph Blatter, quien continúa al frente del organismo con “muchas altas y bajas” en su gestión.
Havelange potenció la FIFA de una forma extraordinaria hasta convertirlo en un organismo poderoso empresarial y económicamente y se mostró como un digno y brillante sucesor de Rous, que gozaba de amplia simpatía y confianza dentro de los estamentos mundiales del fútbol. Con el dirigente del país donde se “juega el mejor fútbol del mundo”, la FIFA se abrió definitivamente a todos los continentes y se potenciaron los campeonatos mundiales con la participación de cada vez un mayor número de selecciones para permitirle así tener un carácter universal y contar con representación de los cinco continentes. En el primer campeonato mundial, celebrado en Uruguay, participaron 13 países, mientras que en el decimoséptimo, disputado en Japón y Corea del Sur en 2002 lo hicieron 32, símbolo inequívoco del auge del fútbol y de la mayor importancia que adquiere cada cuatro años. Cuando se celebra una fecha histórica, surgen del “baúl de los recuerdos”, casi espontáneamente, las anécdotas. Y el fútbol y la FIFA tienen muchísimas relacionadas con el penalti, las tarjetas, las reglas del juego, los árbitros y otros tópicos. Las primeras reglas del juego nacieron a la luz pública en 1815 en el colegio londinense de Elton, dado el interés que despertaba este incipiente deporte que, sin embargo, cada día adquiría más importancia y trascendencia entre los ingleses. Como en toda actividad, se requieren precisiones y detalles nuevos que le permitan ser más activa y por esta razón en 1846 en la famosa Universidad de Cambridge, profesores y estudiantes unificaron el que sería el primer reglamento del fútbol bajo tres premisas: “Las reglas deben ser prácticas, justas y razonables”. El 26 de octubre de 1863 se fundó en Inglaterra la The Football Association (FA), que fue la predecesora de la International Football Association Board y promulgó 14 reglas que son oficiales, hasta que en 1883 nació con el nombre de Consejo Internacional de Asociación de Fútbol. Según la FIFA en 121 años se “han conservado casi intactas las mismas reglas” y en el pasado siglo se añadieron tres normas para un total de 17 y “se hicieron algunos aportes y especificaciones del articulado general, pero ninguna perdió su concepción original”. El mundial 1966 jugado en Inglaterra se distinguió, principalmente, por su violencia, lo que significó que fue el torneo del “fútbol mal intencionado” con dos claros exponentes: el argentino Ubaldo Rattin y el inglés Nobby Stiles. Los locales ganaron 1-0 y el árbitro alemán Kreitlein expulsó al jugador suramericano, lo que causó las iras de jugadores y dirigentes de Argentina que lo culparon de la derrota y originó el ex abrupto del técnico inglés Alf Ramsey, que llamó “bestias” a sus rivales. Fue entonces cuando el árbitro inglés Ken Aston, visiblemente preocupado por el “lamentable y triste espectáculo”, tuvo la idea de las tarjetas. El 23 de julio de 1966 un semáforo con la luz roja detuvo la marcha de su coche en la calle Kensington High Street de Londres. Cuando la luz cambió al amarillo y pasó al verde, Aston pensó que los árbitros podrían tener tarjetas de colores para castigar las faltas y así lo propuso a la Board y a la FIFA: amarilla para amonestar y roja para expulsar. Su idea fue plenamente aceptada y el organismo rector del fútbol la puso en práctica durante el campeonato mundial de México en 1970. Hasta 1881 el penalti se denominaba “golpe mortal” y entonces Irlanda propuso la nueva y definitiva denominación y que fuese un árbitro ajeno a los contendientes el encargado de dirigir el partido y pitar las faltas dentro del área, merecedoras de un golpe franco con sólo dos jugadores dentro del área: el ejecutante y el portero rival, encargado de evitar el gol. En Ciudad de México, el 21 de junio de 1970 y en el estadio “Azteca”, Brasil se consagró como la mejor selección mundial y conquistó, por primera vez, el triple título, con lo cual se adjudicó en propiedad el trofeo “Jules Rimet”, donado por el millonario ex presidente de la FIFA que pagó el costo de su propio bolsillo, pues el organismo no contaba con dinero. Esta copa de oro fue robada durante el torneo de Inglaterra en 1966 por desconocidos –hasta hoy no se ha sabido el nombre de su autor o autores-, pero un perro llamado “Pinckles” dejó maltrecho el prestigio de Scotland Yard, que a pesar de sus investigaciones no pudo encontrarlo, lo que sí hizo el can, cuando hurgaba en una zona donde buscaba un hueso para alimentarse. Francia y Brasil, que jugaron una apasionante final en 1998, decepcionaron totalmente en esta nueva ocasión en que se enfrentaron. Los galos no pudieron ratificar la superioridad que les permitió con un contundente 3-0 ganar la Copa Mundial de Fútbol`98 ni Brasil pudo tomarse la revancha. El fútbol tiene estas cosas, pero su majestuosidad siguió adelante, porque ni siquiera un 0-0 entre dos países de prestigio puede acabar con un historial brillante que día tras días se acrecienta en el mundo. LINK DE DESCARGA http://rapidshare.com/files/4259563030/VTS_01_4_xvid.mkv http://rapidshare.com/files/2504745864/VTS_01_1_xvid.mkv http://rapidshare.com/files/2055894201/VTS_01_2_xvid.mkv http://rapidshare.com/files/2984452728/VTS_01_3_xvid.mkv SOLICITAR CONTRASEÑA