Por Daniel Rosín
Dando muestras de carácter, Atlanta jugando con nueve empató en 0 con Almagro. Fueron expulsados Valdez y Arancibia.
Y nos fuimos nomás de la B. En un partido en el que Atlanta mereció mejor suerte por su propuesta, por sus virtudes y por su carácter.
Sin Pogonza, sin Ferragut, sin Cherro y jugando con tres delanteros fue el Bohemio el que propuso siempre el partido y buscó el resultado.
Fue más desde su actitud y desde su fútbol.
No habían existido situaciones de riesgo en el primer tiempo hasta ese remate de gol de Andrés Soriano desde lejos que Pave sacó al corner con esfuerzo.
Del mismo devino la expulsión de Valdez por supuesto codazo a un defensor de Almagro a indicación del línesman.
Las urgencias del visitante, que conservaba una ínfima chance para entrar al octogona, no se plasmaron en ese segundo tiempo en el que estaba en superioridad numérica. Ni en el resultado final y menos en el juego.
Es más, fue Atlanta, quien a partir de la buena tarea de Segovia en su posición de central (Pasquini bajó a marcar punta), la prodigalidad y velocidad de Mancinelli y la indiscutible mediocridad de los marcadores del tricolor empezó a generar situación tras situación.
Primero fue Pave quien le tapó el remate a Bielkiewicz tras una buena maniobra personal del hoy 10 bohemio. Después fue el Pollo y enseguida le tocó el turno a Abel de perder sendos mano a mano disparando muy defectuosamente.
El rival, se encontró con un cabezazo que murió en la manos de Llinás al promediar el periodo.
Y tras cartón nuestro para siempre inolvidable “gordo” Meineri, desde más de 40 mts le puso la segunda amarilla al Roly Arancibia, para dejar al primer equipo con nueve hombres.
Cherro ingresó por el Polaco y pasó a cubrir el lugar del Negro. Parecía que el rival se iba a jugar el todo por el todo con dos hombres demás. Y lo hizo, pero no contaron con que Nico y Segovia se la ingeniaban con su oficio para sacar todo, que Palisi corrió todo y más, y que para un campeón eso era suficiente para conservar el empate y en un par de oportunidades casi ganarlo, porque Mancinelli tuvo la suya, ya jugando lesionado como delantero, y también Andrés la de él que desvió.
Y, como para que los hinchas presentes tuvieran una muestra gratis del campeonato, una pincelada del carácter del campeón, también disfrutamos de otra atajada monumental de Rodrigo que la sacó de la ratonera cuando el minúsculo grupito de allegados al visitante gritaban el gol casi sobre el final que hubiese sido un insulto a la justicia.
Se fueron aplaudidos los muchachos, como corresponde.
En la calle la gente que salió hoy feliz por Humboldt, ya está pensando a futuro como afrontar el campeonato del Nacional B. Eso es harina de otro costal, una tarea de dirigentes ya maduros. La aspiración del hincha con la actualidad del club es una sola: volver a la A , como rezaban los últimos cánticos con que despidieron a nuestros gladiadores.
Por lo pronto, hoy este 3 de junio maravilloso en que se cierra esta etapa de doce años desde aquella tarde trágica en el estadio Cervecero disfrutamos un hecho esperado y anhelado por todo el pueblo bohemio: “Nos despedimos de la B ”.
