1 de agosto de 2011

CAMPAÑA DE RACING EN LA B 83-85

Esta es la historia de como racing club se fue a la B y volvio a la primera categoria a los dos años.
Esta fue una década negra para Racing porque además de agravarse la situación institucional y patrimonial del club, termina descendiendo por primera vez en su historia.
En 1983 desciende a segunda división, el mismo año que la AFA había implementado un nuevo sistema de promedio de descensos.
El 18 de diciembre de aquel año, la pérdida de categoría que se veía venir se confirmó con una derrota por 4 a 3 ante Racing de Córdoba, partido que tuvo incidentes protagonizados por hinchas del club de Avellaneda y la policía. Pero el tiro de gracia se lo dio, el 22 de diciembre, su máximo rival, Independiente, que como local le ganaba 2 a 0 y daba la vuelta olímpica mientras la hinchada roja entonaba un humillante cántico: "Cosa maravillosa / cosa de no creer / el Rojo campeón del Metro / y Racing se va a la B".
Aquel descenso fue el punto más bajo de un proceso glorioso que no volvería a repetirse desde los años 60, cuando el equipo era campeón del mundo. La historia de Racing pareció, en las últimas décadas, estar a contrapelo de la realidad del país. Si en los 80 se veía la euforia y la alegría por la democracia, los de Racing padecían la tristeza del descenso.
Para ese Metropolitano de 1983 Racing había hecho incorporaciones con cierto renombre, a pesar del mal momento económico que atravesaba, que era muy similar al de los demás equipos. Orte, Magallanes y Osvaldo Rinaldi llegaban desde Loma Negra; Tesare, de Boca; y Azzolini, de Newell's.
En la primera fecha de aquel campeonato sólo se habían vendido 29.374 entradas, lo que hablaba a las claras de las pocas expectativas que se habían generado alrededor de los equipos.
Racing comenzó con el pie izquierdo: cayó ante Newell's, en Rosario, por 1 a 0, en un encuentro para el que se vendieron nada más que 975 localidades.
Ya en la quinta fecha, tras su caída ante Chicago, en Mataderos, había quedado en el último lugar de la tabla de posiciones.
Durante ese torneo, un miércoles a la noche, también se produjo la muerte de Roberto Basile, el hincha de Racing que se encontraba en la tribuna de su equipo, en La Bombonera, y que fue alcanzado por una bengala lanzada por los de Boca. Pese a esa muerte instantánea, las autoridades decidieron que el partido debía jugarse; terminaron 0 a 0.
Así, mientras el clásico rival, Independiente, peleaba el título con San Lorenzo y Ferro, Racing luchaba por escapar a los últimos lugares.
La derrota por 3 a 0 ante Temperley, por la vigésimo quinta jornada, fue el punto de partida para un descenso imparable.
En la penúltima, entonces, la caída ante el Racing de Córdoba y una victoria en otro partido de Temperley complicaba aún más la situación, lo que generó los incidentes y, luego, la confirmación del descenso de categoría en el que sería el día más triste en la historia de Racing.
El 22 de diciembre, como si fuera poco, Racing recibió otro golpe: la vuelta olímpica, tras el clásico, por parte de Independiente.
Despues de semejante golpe racing jugo dos años en la categoria B
Por esos entonces Racing club no solo recibia el apoyo de la hinchada academica si no que tambien La hinchada de river simpatizaba y acompañaba a Racing debido a su gran amistad en esa epoca.
Una cosa destacable fue La gente, que dio muestras del inconmensurable amor por la camiseta llenando todos los estadios de la Argentina mientras el equipo jugó en el ascenso, generando recaudaciones asombrosas. Lo que se esperaba en ese momento de angustia era el resurgimiento. Muchos se decían entonces: “Peor no podemos estar. Ahora, tenemos que volver a ser los de antes”. La gente reaccionó, tocada en el amor propio, y, en lugar de darle la espalda al equipo, sacó más fuerzas que nunca y llenó cada cancha en la que el equipo jugó. El camino no resultó nada sencillo y una muestra es que la Academia no pudo gritar campeón en las dos temporadas que estuvo en la B. Con el apoyo fervoroso de la hinchada, con Jorge Castelli como flamante entrenador, con Miguel Brindisi a la cabeza de otra andanada de refuerzos, la Academia comenzó el duro camino de regreso a la primera.
Debutó en la categoría con una victoria por 2 a 1 frente a Los Andes, con goles de Brindisi y Pavón. Pero el equipo no logró consolidarse y despegar en la punta del certamen. A tal punto llegó la irregularidad de Racing que, finalizada la primera rueda, el técnico Castelli renunció. Lo reemplazó Agustín Mario Cejas. La crisis económica de la entidad tampoco ayudaba como para calmar las aguas. Finalmente, Deportivo Español se quedó con el título y el primer ascenso, mientras que conjunto albiceleste se clasificó para el octogonal por la segunda plaza en primera. Racing alcanzó las finales del reducido tras dejar atrás a Deportivo Morón y a Lanús. Gimnasia y Esgrima se cruzó en el camino de la Academia en los encuentros decisivos, se impuso por 3 a 1 en Avellaneda y por 4 a 2 en La Plata. Otro sueño astillado.
En 1984 los problemas en la tesorería se incrementaron. El club quedó expuesto a constantes embargos por parte de ex jugadores. Muchos dirigentes pensaban que, ante la crisis y la deuda de 1.200.000 dólares, había que deshacerse de la sede de Avellaneda y la de Capital Federal, con el fin de juntar el dinero necesario para salir del mal momento.
El año siguiente, Cejas continuó al frente del equipo y llegaron Horacio Attadía, Walter Fernández, Miguel Angel Colombatti y Néstor Sicher, entre otros. Otra vez el recorrido fue largo y difícil. A Racing, la B le costaba más de lo que suponía. La empresa de volver a primera no era “pan comido”. Pero ahí estaba el viejo Racing, intentando, sin demasiada suerte. Por eso, Cejas dejó su cargo en medio del certamen. Los siguieron Cacho Giménez (interinamente), Vicente Cayetano Rodríguez y, finalmente, otro símbolo de la Academia: Alfio Basile. Sin embargo, Rosario Central se llevó el título de la primera B. Y Racing, a duras penas, volvió a clasificarse para el torneo reducido. El primer paso en el octogonal fue con susto: se le ganó y se perdió con Banfield por 3 a 1, aunque por cuestiones reglamentarias se clasificó el equipo de Avellaneda. El acceso a las finales fue menos traumático, con dos victorias sobre Quilmes, por 2 a 0 y 3 a 1. Llegó Atlanta, llegó la gran oportunidad. Y la Academia, esta vez, no desperdició la chance. Prácticamente liquidó el pleito en el primer encuentro, en el que se impuso por 4 a 0, con dos goles de Walter Fernández, uno de Miguel Colombatti y otro de Pavón, en la cancha de River, el 22 de diciembre de 1985. En la revancha, en el mismo escenario, el 28 de diciembre el zurdazo mortífero de Néstor Sicher alcanzó para el empate 1 a 1 con el equipo de Villa Crespo. El estadio estalló en un grito sentido, esperado. Racing volvía al futbol grande, al futbol de primera.
Esta es la historia de como racing club se fue a la B y volvio a la primera categoria a los dos años.
Esta fue una década negra para Racing porque además de agravarse la situación institucional y patrimonial del club, termina descendiendo por primera vez en su historia.
En 1983 desciende a segunda división, el mismo año que la AFA había implementado un nuevo sistema de promedio de descensos.
El 18 de diciembre de aquel año, la pérdida de categoría que se veía venir se confirmó con una derrota por 4 a 3 ante Racing de Córdoba, partido que tuvo incidentes protagonizados por hinchas del club de Avellaneda y la policía. Pero el tiro de gracia se lo dio, el 22 de diciembre, su máximo rival, Independiente, que como local le ganaba 2 a 0 y daba la vuelta olímpica mientras la hinchada roja entonaba un humillante cántico: "Cosa maravillosa / cosa de no creer / el Rojo campeón del Metro / y Racing se va a la B".
Aquel descenso fue el punto más bajo de un proceso glorioso que no volvería a repetirse desde los años 60, cuando el equipo era campeón del mundo. La historia de Racing pareció, en las últimas décadas, estar a contrapelo de la realidad del país. Si en los 80 se veía la euforia y la alegría por la democracia, los de Racing padecían la tristeza del descenso.
Para ese Metropolitano de 1983 Racing había hecho incorporaciones con cierto renombre, a pesar del mal momento económico que atravesaba, que era muy similar al de los demás equipos. Orte, Magallanes y Osvaldo Rinaldi llegaban desde Loma Negra; Tesare, de Boca; y Azzolini, de Newell's.
En la primera fecha de aquel campeonato sólo se habían vendido 29.374 entradas, lo que hablaba a las claras de las pocas expectativas que se habían generado alrededor de los equipos.
Racing comenzó con el pie izquierdo: cayó ante Newell's, en Rosario, por 1 a 0, en un encuentro para el que se vendieron nada más que 975 localidades.
Ya en la quinta fecha, tras su caída ante Chicago, en Mataderos, había quedado en el último lugar de la tabla de posiciones.
Durante ese torneo, un miércoles a la noche, también se produjo la muerte de Roberto Basile, el hincha de Racing que se encontraba en la tribuna de su equipo, en La Bombonera, y que fue alcanzado por una bengala lanzada por los de Boca. Pese a esa muerte instantánea, las autoridades decidieron que el partido debía jugarse; terminaron 0 a 0.
Así, mientras el clásico rival, Independiente, peleaba el título con San Lorenzo y Ferro, Racing luchaba por escapar a los últimos lugares.
La derrota por 3 a 0 ante Temperley, por la vigésimo quinta jornada, fue el punto de partida para un descenso imparable.
En la penúltima, entonces, la caída ante el Racing de Córdoba y una victoria en otro partido de Temperley complicaba aún más la situación, lo que generó los incidentes y, luego, la confirmación del descenso de categoría en el que sería el día más triste en la historia de Racing.
El 22 de diciembre, como si fuera poco, Racing recibió otro golpe: la vuelta olímpica, tras el clásico, por parte de Independiente.
Despues de semejante golpe racing jugo dos años en la categoria B
Por esos entonces Racing club no solo recibia el apoyo de la hinchada academica si no que tambien La hinchada de river simpatizaba y acompañaba a Racing debido a su gran amistad en esa epoca.
Una cosa destacable fue La gente, que dio muestras del inconmensurable amor por la camiseta llenando todos los estadios de la Argentina mientras el equipo jugó en el ascenso, generando recaudaciones asombrosas. Lo que se esperaba en ese momento de angustia era el resurgimiento. Muchos se decían entonces: “Peor no podemos estar. Ahora, tenemos que volver a ser los de antes”. La gente reaccionó, tocada en el amor propio, y, en lugar de darle la espalda al equipo, sacó más fuerzas que nunca y llenó cada cancha en la que el equipo jugó. El camino no resultó nada sencillo y una muestra es que la Academia no pudo gritar campeón en las dos temporadas que estuvo en la B. Con el apoyo fervoroso de la hinchada, con Jorge Castelli como flamante entrenador, con Miguel Brindisi a la cabeza de otra andanada de refuerzos, la Academia comenzó el duro camino de regreso a la primera.
Debutó en la categoría con una victoria por 2 a 1 frente a Los Andes, con goles de Brindisi y Pavón. Pero el equipo no logró consolidarse y despegar en la punta del certamen. A tal punto llegó la irregularidad de Racing que, finalizada la primera rueda, el técnico Castelli renunció. Lo reemplazó Agustín Mario Cejas. La crisis económica de la entidad tampoco ayudaba como para calmar las aguas. Finalmente, Deportivo Español se quedó con el título y el primer ascenso, mientras que conjunto albiceleste se clasificó para el octogonal por la segunda plaza en primera. Racing alcanzó las finales del reducido tras dejar atrás a Deportivo Morón y a Lanús. Gimnasia y Esgrima se cruzó en el camino de la Academia en los encuentros decisivos, se impuso por 3 a 1 en Avellaneda y por 4 a 2 en La Plata. Otro sueño astillado.
En 1984 los problemas en la tesorería se incrementaron. El club quedó expuesto a constantes embargos por parte de ex jugadores. Muchos dirigentes pensaban que, ante la crisis y la deuda de 1.200.000 dólares, había que deshacerse de la sede de Avellaneda y la de Capital Federal, con el fin de juntar el dinero necesario para salir del mal momento.

El año siguiente, Cejas continuó al frente del equipo y llegaron Horacio Attadía, Walter Fernández, Miguel Angel Colombatti y Néstor Sicher, entre otros. Otra vez el recorrido fue largo y difícil. A Racing, la B le costaba más de lo que suponía. La empresa de volver a primera no era “pan comido”. Pero ahí estaba el viejo Racing, intentando, sin demasiada suerte. Por eso, Cejas dejó su cargo en medio del certamen. Los siguieron Cacho Giménez (interinamente), Vicente Cayetano Rodríguez y, finalmente, otro símbolo de la Academia: Alfio Basile. Sin embargo, Rosario Central se llevó el título de la primera B. Y Racing, a duras penas, volvió a clasificarse para el torneo reducido. El primer paso en el octogonal fue con susto: se le ganó y se perdió con Banfield por 3 a 1, aunque por cuestiones reglamentarias se clasificó el equipo de Avellaneda. El acceso a las finales fue menos traumático, con dos victorias sobre Quilmes, por 2 a 0 y 3 a 1. Llegó Atlanta, llegó la gran oportunidad. Y la Academia, esta vez, no desperdició la chance. Prácticamente liquidó el pleito en el primer encuentro, en el que se impuso por 4 a 0, con dos goles de Walter Fernández, uno de Miguel Colombatti y otro de Pavón, en la cancha de River, el 22 de diciembre de 1985. En la revancha, en el mismo escenario, el 28 de diciembre el zurdazo mortífero de Néstor Sicher alcanzó para el empate 1 a 1 con el equipo de Villa Crespo. El estadio estalló en un grito sentido, esperado. Racing volvía al futbol grande, al futbol de primera.


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