23 de junio de 2011

River, cada vez más cerca del abismo

Los de Núñez cayeron 2 a 0 con Belgrano en el primer chico de la Promoción y para no descender deben ganar por dos goles la revancha, en la que no estarán Almeyda, Ferrari y Román. Tres hinchas se metieron en la cancha para agredir.

Juan José López, hombre del club, creyó, justamente, que los del club eran los indicados para sacar a River de este momento. La diferencia es que, salvo Almeyda y Carrizo, no son hombres del club sino chicos.

El arquero y todos los del mediocampo hacia arriba nacieron en Núñez: Pereyra, Almeyda, Cirigliano, Lamela, Mauro Díaz y Funes Mori. La realidad es que hoy nadie, ningún apellido, asegura nada. Bueno, Lamela sí se la banca: la pide, la lleva, intenta, busca. Y todo sin compañía. Con respecto a los que se quedaron afuera sorprendió lo de Maidana, por ejemplo. Se puede entender porque esta vez el técnico apostó por laterales naturales pero, aún así, Maidana es mejor que los otros centrales (Ferraro y Román). ¿Acaso lo dejó afuera por ser ex Boca? Y también sorprendieron ciertas inclusiones.

Mauro Díaz no había jugado en este torneo hasta que apareció unos minutos en la última fecha contra Lanús, Cirigliano siempre ingresó por lesión o suspensión de Acevedo (¿recuerdan que J.J. llegó a decir que Acevedo era mejor que él? Y ahora no existe) y Funes Mori. Ay, Funes Mori... (¿tan mal está Pavone que es el tercer nueve del equipo?).
Encima, Almeyda sintió el peso de los partidos. No es ningún misterio que no se entrena al ritmo de sus compañeros durante la semana para llegar bien a los partidos. Entonces, al jugar con sólo cuatro días de descanso no fue el mismo Almeyda. Y si Almeyda venía siendo el hombre equilibrio de River y no fue Almeyda, es elemental decir que River sufrió en la recuperación. Cirigliano trató de colaborar, pero lo del pibe pasa más por la salida o el pase limpio que por el quite.

River trató de imponer su jerarquía en un ratito del primer tiempo pero se quedó en el amague. Belgrano, a puro ímpetu, lo fue acorralando. Sin embargo, se terminó llevando el primer chico porque River se hunde solo. Ya fue dicho más de una vez: a River no lo ayuda depender de sí mismo, porque no puede con su alma ni con sus piernas. Y River perdió el partido solo.
Un disparate de Román, que puso la mano en un córner le sirvió el partido al cuadro cordobés. Penal a fulminar de Mansanelli y 1 a 0. Pero no ahí no acabó la desgracia de cinco minutos fatales para los de Núñez: Román fue amonestado por la mano del penal y, como fue la quinta, se perderá la revancha. Dos minutos después del gol, el que vio la quinta fue nada menos que Almeyda. Y en el segundo tiempo se sumó al baile a Ferrari. Así que tres hombres clave deberán ser reemplazados.
El golpe de KO llegó al comienzo de la segunda parte con una jugada de primer grado: otro córner, cabezazo en el primer palo de Maldonado y Pereyra que la empuja en el segundo. Inmediatamente llegó el bochorno: tres hinchas visitantes se metieron en el campo, le tiraron una patada a Arano y empujaron a Román. Hasta que la policía no garantizó que nadie más iba a ingresar por un alambrado roto, el partido estuvo detenido: fueron 20 minutos.

Paradójicamente, este disparate le vino bien a River. Belgrano se dedicó a cuidar la ventaja demasiado cerca de su arco. J.J. metió a Maidana por Pereyra, a Caruso por Mauro Díaz (no quedó conforme con la apuesta inicial) y transformó a los laterales casi en punteros. Sin embargo, River hizo todo a los apurones. Sin claridad, sin concepto. Fue el mismo River de las últimas fechas del campeonato. Le queda una vida para dejar de serlo. Quedó claro, pese al 2 a 0, que es más que Belgrano. Lo complicado es que lo demuestre. Necesita ganar por dos goles en su casa para quedarse en Primera. Si no...

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